ENFOQUE

Cada psicóloga del equipo tiene formación en diferentes especialidades, pero todas trabajamos desde un enfoque integrador con base en apego y trauma. Para nosotras lo más importante es conocer la problemática actual que te trae a consulta y ofrecerte los recursos que necesitas adaptados a ti, además de cuidar la calidad del vínculo entre paciente y terapeuta, yendo a la raíz del problema para trabajar desde el origen y así realizar un trabajo completo, además de aliviar tus síntomas actuales.

TÉCNICA EMDR

Esta técnica se utiliza para desensibilizar y reprocesar sucesos traumáticos mediante movimientos oculares o estimulación bilateral, ya sea auditiva o táctil, ya que se descubrió que al igual que durante el sueño, de forma natural, se producen éstos movimientos, que estimulan de forma bilateral y alternativamente nuestro cerebro, lo que contribuye a que se reprocese de nuevo todo lo que nos ha ocurrido durante el día.

A través de este abordaje se pueden recordar traumas que la persona tiene olvidados en su inconsciente porque no pudo integrarlos en su momento, pero tras los cuales ha quedado una huella emocional de los mismos que le sigue generando un impacto emocional a día de hoy al vivir situaciones con características similares o al revivir el suceso traumático como tal.

Por lo que, el recuerdo traumático ocurrido en el pasado se conecta y procesa con recursos más adaptativos con los que se cuenta en el presente. Ayudando a la persona a procesar de nuevo el suceso con una lectura emocional más sana que permite que la conducta o sintomatología limitante disminuya en el presente y ayuda a gestionar dificultades similares con una mayor seguridad en el futuro.

Terapia Sistemas de Familia Interna (IFS)

La idea central consiste en que cada persona tiene la capacidad de sanar por sí misma y convertirse en su principal figura de apoyo para las “partes” o características de su personalidad más vulnerables, aquellas que han cargado con traumas o que a día de hoy se encuentran desreguladas.

En terapia nos centramos en descubrir y/o identificar nuestra gran familia interna formada por las diferentes partes que conforman nuestra personalidad junto con sus pensamientos, emociones y sensaciones con la finalidad de conocer qué función tienen en la actualidad y aprender a sacarle más partido o regularlas y que se conviertan en partes más funcionales.

Por tanto, además de reducir el ruido interno que genera cada una, contribuye a crear una armonía entre ellas dejándonos paso a nosotras, a nuestra verdadera esencia, a la hora de tomar las decisiones que consideremos trabajando en equipo con ellas. Potenciando el autoconocimiento y el cese de la lucha interna en la que a veces nos vemos envueltas en nuestro día a día.

Terapia basada en la Teoría del Apego

Este tipo de terapia se basa en establecer una relación entre paciente y terapeuta que permita la contención de los síntomas y la regulación de los mismos desde la proximidad; gracias a la creación de una base segura. Para crearla, es necesario que se den los tres pilares del apego dentro de la relación terapéutica: sintonía, equilibrio y coherencia.

La terapeuta se muestra disponible ante la escucha de las dificultades de la paciente y trabaja sobre ellas, haciéndole sentir validada y aceptada, dando lugar a una mayor cercanía y apertura emocional, ya que hay sintonía entre lo que se dice o se transmite y lo que se hace. Además de dar respuestas con un tono emocional acorde tanto a las emociones más agradables como desagradables para así ayudar a la paciente a construir un significado sano y funcional de sus emociones y sus consecuencias, transmitiendo ese equilibrio y coherencia necesario entre ellas. Todo esto hará que la construcción del vínculo entre ambas sea más solido, lo cual favorecerá al resto de proceso terapéutico a pesar de las dificultades que se encuentren en el camino. 

De alguna manera, la terapeuta adquiere el rol de figura de apego seguro en las primeras etapas de la terapia y conforme va evolucionando la misma, ese rol lo irá adquiriendo la paciente para así poder ir poniéndolo en práctica en su día a día para gestionar su vida desde esta base segura.

Terapia Focalizada en la Emoción (TFE)

Esta terapia se basa en la noción de que las emociones son un recurso adaptativo, una guía interna o una fuente de información acerca de lo que las personas necesitamos en cada momento. Es decir, lejos de ser algo de lo que hay que deshacerse a través de la razón, entendemos que es fundamental comprender el papel que las emociones tienen en nuestras vidas y las relaciones humanas. 

Por este motivo, la TFE se basa en el procesamiento emocional, a través del cual podemos transformar emociones desadaptativas (como la soledad, la tristeza, el miedo, o la culpa) en emociones adaptativas. Es decir, cambiamos y sanamos las emociones a través de otras emociones. 

El sufrimiento emocional con el que llegan las personas a terapia no puede entenderse únicamente desde la razón, ni tampoco podemos explicarlo simplemente por dificultades cognitivas o de comportamiento. Desde este modelo terapéutico le damos un sentido a nuestra experiencia emocional y afrontamos el dolor evitado para transformarlo.

PSICODRAMA

El término “drama”, que proviene del griego, significa “hacer” o “actuar”. Por este motivo la característica esencial del psicodrama es la reproducción del mundo interno y cotidiano del paciente en el espacio terapéutico a través de la acción y el cuerpo, y no tanto por medio de la palabra o la razón.

Es decir, el psicodrama consiste en actuar o dramatizar en la terapia, las dificultades con las que se encuentran las personas en el resto de sus relaciones y en los roles que asumen dentro de ellas. Roles que a menudo son una gran fuente de conflicto y de dolor.

TERAPIA GESTALT

Esta forma de psicoterapia se centra en el presente y en fomentar la autoconciencia. Su propósito es ayudar a las personas a comprender la conexión entre sus pensamientos, emociones y acciones, lo que puede influir significativamente en su vida diaria. Al desarrollar esta comprensión, las personas pueden resolver problemas, satisfacer sus necesidades y tomar decisiones.

El objetivo del trabajo terapéutico es proporcionar herramientas que permitan gestionar de forma creativa los recursos propios, promoviendo la integración y la responsabilidad personal. En este enfoque, se considera a cada individuo como protagonista en la construcción de significado de sus experiencias y en la gestión de momentos de crisis. También busca abordar asuntos pendientes y resignificar experiencias del pasado que no se pueden cambiar, ayudando a adoptar estrategias más saludables que mejoren el bienestar y fortalezcan la capacidad para enfrentar los desafíos de la vida actual.

Terapias Contextuales (MICPSY)

Este enfoque de la psicología pone el énfasis en cómo las personas interactúan con su entorno, sus pensamientos y emociones, en lugar de intentar controlar o eliminar lo que les causa malestar.

Estas terapias reconocen que el sufrimiento es una parte normal de la experiencia humana y trabajan para ayudar a las personas a relacionarse de manera diferente con su malestar, desarrollando herramientas que les permitan vivir una vida plena y significativa a pesar de las dificultades.

Centrándose en la aceptación (aprender a convivir con lo que no se puede cambiar), el desarrollo de flexibilidad psicológica (adaptarse a los cambios y afrontar desafíos) y la identificación de valores personales (aquello que le da sentido a la vida de cada persona), ayudando a las personas a vivir con mayor bienestar, autenticidad y resiliencia.